En la fotografía de alimentación hoy día se ha extendido la idea de que la comida resulte lo mas simple , limpia y natural posible. Para ello se busca una iluminación que si no puede ser natural, al menos lo parezca.
El estilismo
Para la fotografía que ahora nos ocupa, el estilismo era fundamental. Las bolitas de coco son difíciles de acompañar ya que no se trata de un plato principal que tenga guarnición, por lo que la fotografía debía resolverse con un estilismo minimalista pero que ayudase a complementar bien el producto.
En este sentido el trabajo del estilista de alimentación o “home economics” es fundamental. Lo que diferencia su trabajo del de un cocinero o un chef en el ámbito de la fotografía de alimentación, es el tiempo y el esfuerzo empleado en que el plato quede presentado de la forma mas bonita posible a la hora de realizar la fotografía. En éste sentido es muy importante que el estilista tenga la habilidad para trasladar la percepción del gusto , aromas y apariencias que uno siente frente al plato, pero visto a través de una fotografía en dos dimensiones. Se trata de un trabajo donde el fotógrafo y el estilista trabajan en equipo para lograr esa sensación.
La estilista había optado por colocar las bolitas de coco en unos pequeños moldes metálicos individuales de papel rizado, lo que resultó muy efectivo pues le daban contención y ayudaban a regularizar la forma exterior de las bolitas, a la vez que generaban brillos y volumen. Por otra parte se optó por una base de papel plata que repetía el acabado de los moldes y permitía – según como se pusiese la luz – reflejar la fuente de luz en su superficie.
El atrezzo fue mínimo ya que la repetición de las bolitas en sus moldes daba un ritmo formal que no necesitaba de mayores elementos compositivos. Apenas un par de copas teñidas de un color claro y unos adornos brillantes bastaron para completar el bodegón.
La iluminación
La luz principal se resolvió con una gran ventana Wafer de Bowens de 100 x 140 cms, complementada en el mismo eje pero en sentido contrario por otra ventana mas pequeña que disminuía el contraste general de la toma. Este set básico ya era suficiente para lograr una iluminación que pareciese natural, pero faltaba potenciar brillos sobre el producto.
Por la izquierda un flash con una lente Fresnel y su iris muy cerrado apuntaban a las bolitas para producir una leve sobre exposición lateral y dura sobre sus superficies. Por la derecha coloqué otro flash con un reflector para rejilla de panal de abeja que daba mas brillos y disminuía el contraste por detrás de cada molde. Fue necesario “apantallar” esta luz con una bandera negra de Avenger para evitar el “flare” sobre el objetivo. A pesar de disponer de un parasol flexible, éste no fue suficiente protección para evitar las refracciones sobre la lente debido al ángulo de toma y la posición rasante de esa luz de efecto.
Hasselblad MCO F
Una vez preparado el set de luces, solo faltaba realizar una toma de la carta de colores ColorChecker para asegurar la reproducción correcta de los colores ya que en éste tipo de fotografías es muy importante que los alimentos tengan un color fiel a la realidad.
ColorChecker GretagMacbeth 1998
El objetivo adecuado
Respecto al objetivo, las tomas fueron realizadas con una lente de 80 mm para Hasselblad. Ésta distancia focal es la normal para el formato de película 120 de 6×6 cms. , pero las fotografías se realizaron con un respaldo digital CVF 16 de 4×4 cms. , con lo que se producía un factor de multiplicación de aproximadamente 1,5. De esta manera, la distancia focal normal para el sensor sería mas o menos de 56 mm con lo que el objetivo de 80 mm se convirtió en un teleobjetivo corto. Esta distancia focal es muy habitual de utilizar en la fotografía de alimentación.
Hasselblad 501 CM
Hasselblad CVF 16
Esquema de iluminación
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